La masculinidad es un término utilizado para describir las características, roles y comportamientos considerados típicamente «masculinos» en una sociedad dada. Estos pueden incluir la agresión, la competencia, la fuerza física, la liderazgo y la provisión económica. Sin embargo, la masculinidad varía ampliamente entre las culturas y las épocas, y en la actualidad, está siendo cuestionada y redefinida en muchas sociedades occidentales.
En la actualidad, existe un debate sobre la necesidad o no de derribar los roles y estereotipos tradicionales de la masculinidad, es decir, los paradigmas tradicionales bajo los cuales se educa a los hombres, lo cual también, ha generado resistencias en algunos sectores de la sociedad, particularmente de personas adultas de 40 años o más, quienes consideran que el discurso feminista actual cataloga a todos los hombres de forma generalizada como malos o agresores, lo que ha generado un movimiento en redes sociales denominado «not all men» o «no todos los hombres» como respuesta al movimiento #MeToo para intentar enfatizar que no todos los hombres son malos o agresores sexuales. En MachoMx creémos que más allá de invalidar los reclamos y exigencias de los movimientos feministas, es importante hacer un análisis sobre cuáles son esas características, conductas y rasgos negativos asociados a la masculinidad y que puede ayudarnos a comprender que no se trata de asumir que todos los hombres somos malos, sino que, existen rasgos característicos y conductas que reproducen conciente e inconcientemente a partir de la educación masculina, que en su conjunto se denominan como «masculinidad tóxica».
La masculinidad tóxica es un término utilizado para describir patrones de comportamiento y actitudes consideradas negativas o dañinas en relación con la masculinidad. Estos pueden incluir la necesidad de ser el proveedor económico y protector, la idea de que los hombres no deben mostrar sus sentimientos, la creencia de que los hombres deben ser dominantes y agresivos, y la intolerancia hacia cualquier cosa que se considere «no masculina». La masculinidad tóxica también puede manifestarse en formas de violencia, abuso, discriminación y desprecio hacia las mujeres y otros grupos marginados. Es importante notar que esta forma de masculinidad tóxica no es inherente a ser hombre, pero se aprende y se promueve en las sociedades.
Cuestionar la masculinidad tóxica es importante por varias razones:
- Promueve la salud mental: La masculinidad tóxica puede crear una gran presión en los hombres para cumplir con ciertos estereotipos y roles, lo que puede llevar a problemas de salud mental como la depresión y el suicidio. Cuestionar estos estereotipos puede ayudar a los hombres a liberarse de la presión y a encontrar una mayor aceptación de sí mismos.
- Mejora las relaciones: La masculinidad tóxica puede llevar a comportamientos abusivos y dañinos en las relaciones, tanto románticas como amistosas. Cuestionar estos patrones puede ayudar a los hombres a desarrollar relaciones más saludables y equitativas.
- Promueve la igualdad de género: La masculinidad tóxica se basa en la idea de que los hombres son superiores a las mujeres y otros grupos marginados. Cuestionar esta idea puede ayudar a promover una sociedad más igualitaria y justa para todos los géneros.
- Ayuda a construir una sociedad más segura: La masculinidad tóxica puede ser un factor contribuyente en la violencia y la delincuencia. Al cuestionar y desafiar estos patrones, se puede ayudar a construir una sociedad más segura para todos.
En resumen cuestionar la masculinidad tóxica es importante para mejorar la salud mental, las relaciones, la igualdad de género y para construir una sociedad más segura y justa para todos.
